martes, 6 de julio de 2010

Samsung Galaxy S, análisis de un esperado androide

El teléfono más potente de la casa Samsung y una de las grandes propuestas para este año. No cabe duda. Te hablamos del Galaxy S, el nuevo terminal de los coreanos, que llegó a tierras españolas hace unos días bajo tutela de Movistar. Si deseas conocer los pormenores de este androide con pantalla Super AMOLED, lo tienes fácil: sólo mira tras el salto y acompáñanos en el repaso que le hacemos a sus principales cualidades. Te esperamos a sólo un clic.


Primer vistazo







Diseño


Gran trabajo el que han hecho los de Samsung por aquí. El teléfono sorprende muy gratamente nada más sostenerlo por su increíble ligereza. Y es que, a pesar de su tamaño, su grosor de tan sólo 9,9 mm le da el empujoncito que necesita para plantarse en unos más que cómodos 118 gramos.

La carcasa trasera desgraciadamente es puro plástico pero consigue salir del paso gracias a un original entramado de reflejo azulado que ayuda a conferirle un acabado algo más elegante. Sus dos logos incluidos no desentonan: el propio de la casa, Samsung, en mayúsculas, situado en la parte baja; y el de "with Google", más al centro y que se encarga de recordarte que tienes en tus manos a todo un androide. En cuanto a la superficie, esta no es totalmente homogénea, incluyendo en la parte baja un llamativo montículo (parecido –que no igual- al del Hero del HTC). El resto de la carcasa, de bordes marcadamente redondeados, sirve para alojar la cámara y el altavoz integrado.
Los laterales del teléfono nos provocan sensaciones encontradas. Nos encanta que sea tan delgado pero al mismo tiempo eso provoca que la pulsación de sus botones no sea tan cómoda como se desearía. Este hecho se pone especialmente de manifiesto en el lado derecho, donde se aloja la tecla de encendido/bloqueo. Es un infierno pulsarla, siendo claros. Dado que el dispositivo tiene sus bordes muy curvados, esto provoca que el botón quede orientado más hacia la espalda del dispositivo y, por tanto, ni se pulse a la primera ni se note bien cuando es accionado. A esto ayudan además el tipo de material, plástico, y el recorrido al pulsar, de muy poca profundidad.

En el lado izquierdo, con el control de volumen, nos encontramos con una situación similar aunque esta vez las teclas parecen estar algo más sobresalientes, ayudando a una presión con el dedo más firme y segura.

En los extremos del dispositivos, poco que descubrir: abajo únicamente se reserva hueco para el micrófono mientras que en la parte superior está el puerto microUSB (bien camuflado con una pestaña deslizable) y el conector de 3,5 mm.

Finalizamos este recorrido fijándonos en su frontal. Presidido por una gran pantalla de 4 pulgadas, el teléfono aloja en la parte superior un altavoz, la cámara delantera y de nuevo el logo de la compañía. Reserva la parte baja para tres controles: uno físico (Home) situado en el centro y dos táctiles (Menú y Volver atrás), con una respuesta en ambos fantástica. Lamentablemente, su iluminación es realmente pobre, siendo un aspecto que ha llegado a hacernos pensar que no está correctamente calibrada en nuestra unidad de prueba.


Hardware


Entremos un poco más en faena, fijándonos con detenimiento en sus especificaciones técnicas. Este smartphone incluye en su interior un procesador Cortex A8 a 1 GHz con 512 MB de RAM que le ayudan a poder ser considerado uno de los teléfonos más potentes que existen en el mercado. Y vaya que si lo hacen. El Galaxy S se comporta a las mil maravillas, ofreciendo un manejo muy fluido, con aplicaciones que se lanzan sin pensárselo y haciendo de su uso toda una delicia en ese aspecto. Eso sí, de ahí a tener la sensación de que es cuatro veces más potente que un Snapdragon (presente por ejemplo en el Desire), pues tampoco, la verdad...

En cuanto a temas de soporte y conectividad, ofrece GSM, 3G, HSDPA (a 7.2 Mbps), HSUPA (a 5.76 Mbps) incluyendo además WiFi 802.11 (b/g/n) y, ojo al dato, Bluetooth 3.0.

Si nos fijamos en su pantalla, los de Samsung no han dudado en ofrecer lo mejor del momento -con permiso de la Retina Display-: panel Super AMOLED para este Galaxy S, con un tamaño de 4 pulgadas, 16 millones de colores y resolución WVGA (800 x 480 píxeles). Su respuesta es muy buena y su soporte multitáctil ayuda a completar sus posibilidades de interacción. Eso sí, su imán para las huellas dactilares es clamoroso, siendo posiblemente una de las pantallas en las que más hemos acusado de este problema. Delata cualquier sobeteo de manera descarada.

Otras cualidades a destacar son su GPS (A-GPS), la inclusión de acelerómetro y brújula, la radio FM (con RDS), ranura para tarjetas microSD (hasta 32 GB) y una memoria interna de 8 o 16 GB.

Batería
Los teléfonos de última de generación encuentran casi siempre su mayor handicap en la autonomía y aquí no iba a ser menos. El Samsung Galaxy S disfruta de una batería de 1500 mAh que únicamente le ayuda a aguantar estoicamente durante un día de intensidad medio alta (notificaciones de correo y Twitter activados, navegación web, envío de SMS, varias llamadas, toma de fotografías y grabación de vídeo). Es verdad que hemos conseguido estirar su vida hasta las (aproximadamente) 48 horas pero con un uso mucho más comedido del teléfono: sólo avisos de email, alguna foto, un par de llamadas, algunas fotos y sin navegación web). Nada nuevo bajo el sol, vaya.


Software


Como bien sabes, el Samsung Galaxy S corre el sistema operativo Android. Su conocida versión 2.1, Eclair, se mueve como pez en el agua gracias a un soporte potente. Sin embargo, los más puristas y amantes de lo básico encontrarán aquí un pequeño handicap: Samsung ha creído conveniente enmascarar al marciano verde con una interfaz propia (movimiento cada vez más común entre los fabricantes) incluyendo su interfaz TouchWiz 3.0. Este entorno es similar la que ya pudimos ver en el Wave –con Bada, recuerda-, incluyendo en la parte baja del inicio unos característicos iconos fijos con acceso directo a la sección teléfono, la agenda de contactos, los mensajes SMS y el menú de aplicaciones (aunque personalizables).

Como es habitual, contamos con siete escritorios para personalizar con widgets, programas, carpetas... etc, todos descubiertos al deslizar el dedo hacia al izquierda o seleccionando con un toque la página deseada en una pequeña barra de puntos superior. Algunos tal vez encuentren en el HTC Sense un planteamiento más cómodo, con deslizamiento de escritorios a ambos lados (o seleccionables con su atractiva "vista de pájaro"). Pero es ya una cuestión de gustos.

El menú de aplicaciones, según algunos, tiene demasiado sabor a iPhone OS, con iconos cuadrados y muy coloridos, aunque estos, a diferencia del sistema manzanero, pueden también ordenarse alfabéticamente a modo de lista. Samsung ha querido esta vez además incluir algunas apps adicionales que vienen precargadas de serie como son el Aidiko eBook (lector de libros electrónicos), el AllShare (para compartir archivos con otros dispositivos), varias demos de juegos, Layar (la, siempre divertida, realidad aumentada) o ThinkFree (un organizador de archivos con conexión web), entre otros. Tampoco se olvida de proveer al usuario de aplicaciones, en esta ocasión, por partida triple: con la Android Market, la Mstore de Movistar y la Samsung Apps, estas dos últimas a cual más pobre.

Muy útil nos ha parecido el pequeño extra que Samsung añade a la característica sección de notificaciones de Android: sobre los avisos propios del sistema, la interfaz coloca un improvisado panel con acceso directo de activación a cuatro funciones básicas: Wifi, Bluetooth, Volumen y Tráfico de datos.


Teclado virtual
Se está convirtiendo en todo un clásico el repasar los teclados en los smartphones de ultima generación, pero es que esta posibilidad virtual en ocasiones puede dar para mucho. El Galaxy S ofrece un teclado QWERTY bastante bueno, de hecho, encontramos su uso aún más cómodo que el del Desire y muy a la par del que ofrece el iPhone (a nuestro juicio, el mejor disponible hasta la fecha). Claro está, culpa de ello la tiene la buena respuesta de su pantalla, que hace una combinación perfecta con su tecnología de retroalimentación háptica (de sutil vibración pero suficiente). El teclado permite además otross tipo de entradas de escritura, sólo disponibles con el terminal en vertical, como son el '3x4' (con 3 letras por tecla) y el reconocimiento de escritura, bastante afinado, por cierto -lo puedes ver en el vídeo de "Primer vistazo", minuto 7:38 aprox.-.

Reproducción multimedia
Samsung no ha querido dejar ningún cabo suelto en su teléfono y por ello también ha dedicado atención a sus aspectos multimedia. El smartphone cuenta con un reproductor de vídeo bastante capaz, con soporte DivX y Xvid, controles sencillos y con la integración de sonido efecto 5.1, disponible cuando se conectan los auriculares. El audio es realmente bueno, bastante nítido y potente, manifestando también su buen hacer cuando se utilizan los altavoces externos integrados.

El visor de fotos igualmente merece una pequeña mención. La interfaz ofrece un simpático efecto en 3D al visualizar las imágenes, que aunque no supone ningún tipo de utilidad, siempre es agradable de ver. En temas de edición, permite pequeñísimos retoques como puede ser recortar imágenes o girarlas. Nada más. Por supuesto la posibilidad de zoom a base de pellizcos está aquí totalmente permitida y las posibilidad para compartir la imagen (email, Twitter, Picassa... etc) son múltiples.

Su reproductor musical tampoco se queda atrás y si bien no presenta ninguna funcionalidad novedosa, sí disfruta de un entorno agradable y vistoso. En la parte superior del panel principal ordena, a modo de fila deslizable, las pestañas de organización: Todos Lista de reproducción, Álbumes, Artistas y Género. También aquí está presente la opción de activar el efecto 5.1, la posibilidad de compartir tus canciones por Bluetooth, email, etc., y se puede acceder a sus principales controles de reproducción incluso desde la propia pantalla de bloqueo del teléfono (deslizando con el dedo un pequeño disco que aparece en su parte superior).

Cámara
Posiblemente una de sus prestaciones más "cojas". Sí, la cámara de este Galaxy cumple con algunas grandes funciones pero se ven empañadas por la falta de otras igualmente importantes. El teléfono incluye en su parte posterior un sensor de 5 megapíxeles con autofocus, una ISO máxima de 800 e interesantes funciones (detección de sonrisas y parpadeo) donde cabe destacar la posibilidad de poderse hacer autofotos perfectamente centradas debido a la inclusión de su cámara frontal (todo un aliciente para las quinceañeras) y la toma de imágenes creativas, gracias a varios filtros bastante conseguidos (toma antigua, foto animada, superposiciones...).

Permite además la grabación de vídeo a 720p (30 fps), con resultados más que aceptables -lástima que sin autofocus- y ofreciendo dos modos de captura: normal o con límite para envío de MMS. Sin embargo toda esa magia se ve algo enturbiada por la falta de dos pequeños detalles. Por si no te has percatado en la descripción de su diseño, no hemos comentado en ningún momento la inclusión de un botón disparador. Samsung parece haber querido ahorrárselo en esta ocasión restando así comodidad para lanzar la aplicación de la cámara con un solo toque de tecla y para realizar la toma de fotografías. Sí, puedes hacerlo con la tecla Home central, pero seguro que algunos echarán de menos tener uno botón a mano en el borde al ir a tomar una foto.

La falta de flash es ese segundo detalle que hace de esta cámara una herramienta incompleta. Sí, los flashes actuales de los teléfonos no son precisamente los de una réflex, pero, oye, hacen su apaño. Es por ello que no llegamos a entender por qué los coreanos han querido prescindir de él en un smartphone que pretende ser tan completo (por si te pica la curiosidad, el botón de encendido/bloqueo sólo sirve aquí para bloquear –valga la redundancia- el autoenfoque).

A continuación te dejamos con algunas tomas de ejemplo realizadas con la cámara de fotos. Recuerda que para comprobar la calidad de grabación, en el vídeo del "Primer vistazo" tienes una secuencia tomada con el teléfono a 720p.


Conclusión

El Samsung Galaxy S ha puesto (o al menos ha intentado poner) toda la carne en el asador. Con su nuevo androide pretende encontrar un hueco entre los fanáticos del SO del momento que buscan un teléfono potente, vistoso y con buen soporte multimedia. Es por ello que tal vez no sea el tipo de teléfono que recomendaríamos a alguien que busca un smartphone más orientado al trabajo; estaría desaprovechando posiblemente las mejores virtudes del teléfono. El terminal se dirige más bien a aquellos que gusten de ver vídeos, le guste grabar/hacer fotos sin llevar más trastos encima, navegar intensamente por la web y se entretenga con el sin fin de aplicaciones que puede ofrecer el Android Market.

Cambiaríamos cosas de él: su acabado plasticoso no hace justicia a sus prestaciones interiores, su botón de bloqueo es incómodo, y su batería podría durar más. Incluiríamos también un flash a la cámara, algo que seguimos sin llegar a entender cómo no está presente en un terminal aquí. Pero igualmente tiene cosas buenas: es sorprendentemente ligero, su pantalla Super AMOLED es un homenaje a la vista, es completo a nivel de servicios multimedia y tiene un interfaz vistoso al que no se le tarda en coger el truco. Y todo sustentado sobre uno de los SO más prometedores del momento, Android, en su versión 2.1 (recuerda que ya anunciaron que Froyo no tardará en llegar).

El Samsung Galaxy S se encuentra actualmente disponible en España bajo al exclusividad de Movistar (de manera indefinida) a un precio que parte de los 0 (con contrato de permanencia) y alcanza los 505 euros como máximo.

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