LG presenta su nuevo y potente smartphone LG Optimus Z con procesador Qualcomm SnapDragon de 1 GHz. Con una buena dosis multimedia, este smartphone será comercializado a partir de agosto en Corea por dos de las principales operadoras del país.LG ha sido uno de los fabricantes que se ha mantenido a la sombra mientras otras compañías se han dedicado a lanzar dispositivos. Durante ese tiempo, la coreana ha sabido ver las virtudes de los terminales más vendidos y los ha conjugado en su nueva creación.
Nada que envidiar
La competencia en el mercado de los smartphone está muy disputada pero LG ha sabido ofrecer un completo terminal con aquello que ha triunfado hasta ahora. De la mano de su nuevo LG Optimus Z, el fabricante ofrece al usuario un terminal 3G que pesa 135 gramos, de medidas contenidas (117.9 x 56.9 x 11 mm) pero de amplia pantalla de 3,8 pulgadas y con un potencial en su interior a la altura de cualquier modelo de gama alta. Además, trae extras tan interesantes como sonido envolvente Dolby Mobile.

No es un Android más
LG Optimus Z puede presumir de ejecutar su sistema operativo Android 2.1 Eclair con la ligereza que le permite su procesador Qualcomm SnapDragon a 1GHz, a la altura de HTC Desire, Samsung Galaxy S o iPhone 4. Aunque será presentado inicialmente con la versión Eclair, su sistema podrá actualizarse a finales de año a Android 2.2 Froyo. Aunque LG no se ha volcado tanto en la estética como HTC con su HTC Sense o Samsung con ToutchWiz 3.0, el terminal llevará preinstaladas más de 100 aplicaciones exclusivas de la marca que no podrán encontrarse en Android Market.
Conexión total
En el apartado de conectividad presume de las cualidades típicas de Android con Bluetooth 2.1 con A2DP, Conexión micro USB, GPS con función A-GPS, brújula digital, WiFi b y g con DLNA y soporte para redes HSDPA a 7,2 Mbps. Las redes sociales también tienen cabida y vienen integradas en el sistema. Como traca final en este aspecto, el LG Optimus Z dispone de la función Drag & Shake que permite compartir ficheros por Bluetooth con otros teléfonos mediante un simple movimiento del terminal.
Aspectos multimedia muy interesantes
La pantalla del Optimus Z es de naturaleza táctil capacitiva, tamaño de 3,8 pulgadas y resolución de 640×480 píxeles que servirá a la perfección para reproducir vídeo en diferentes formatos, entre los que destaca DivX. Dispone de una cámara de fotos de 5 megapíxeles con grabación de vídeo en alta definición a 720p. Para almacenar todo el contenido multimedia, este terminal cuenta con una tarjeta microSD de 4GB incluida el pack, ampliable hasta los 32GB. Si lo que realmente te interesa es ver las fotos y vídeos almacenados en el Optimus en un televisor, su conexión HDMI será la solución. También dispone de la función On Screen Phone, mediante la cual podremos visualizar la interfaz del teléfono en la pantalla del PC por medio de la conexión Bluetooth o cable de datos. La finalidad es poder manejar y transferir archivos del PC al smartphone y viceversa. Por último, dispone de un sintonizador de televisión T-DMB.

Disponibilidad
Parece ser que los planes de LG pasan por lanzar el teléfono al mercado coreano en agosto a través de las operadoras SK Telecom y KT. Estará disponible en color negro, blanco o rosa y hasta el momento se desconoce a qué precio saldrá a la venta. Igualmente se desconoce si traspasará fronteras para llegar al mercado europeo.













La aparición en el catálogo de Phone House aviva la posibilidad de
salida pero se contradice con la noticia de Electronista que manda al
teléfono al 25 de septiembre.
Pasando al otro teléfono implicado en la imagen, el Samsung Galaxy S, recibirá una versión blanca que podíamos intuir teniendo en cuenta que ya había ocurrido
Vía | 









Pero supongo que lo que más expectativas causa es la calidad de la
llamada y la posibilidad de interferir la cobertura con la mano, el
conocido ‘antennagate’. He hecho varias pruebas y mi sensación es que se trata de un problema altamente magnificado.
Cuando el teléfono tiene un nivel de cobertura decente, rozando el
máximo, no he conseguido hacerle bajar ninguna de las barras que marcan
la cobertura, pero cuando la señal es más débil si que es posible
eliminarle hasta dos barras con la mano, aunque hay que hacerlo de una
forma muy específica que no resulta nada natural para hablar por
teléfono y hay que apretar demasiado –si se coge con un nivel de fuerza
natural para el peso del móvil no hay problemas-.
El manipulado se hace extraño después de años agarrando teléfonos
con bordes redondeados. La estética es industrial y el tacto mejora
respecto a los anteriores modelos de iPhone que, después de tocar este, tienen un toque demasiado ‘plasticoso’.
Pocas cosas más se pueden decir del iOS4.
Evidentemente es más rápido, fluido, y podemos ver la multitarea, las
carpetas y la nueva estructura del mail en todo su esplendor, pero a
primera vista, aparte de algunas aplicaciones exclusivas para el iPhone
4, todo sigue igual.
Una de las cosas que queda pendiente es probar el FaceTime,
tengo curiosidad por el nivel de calidad conseguido, aunque tiene
tantas limitaciones que supongo que las aplicaciones prácticas no serán
demasiadas.
La rapidez del procesador A4 y los 512MB de
Pese a todo lo que se ha dicho no estamos ante un mal móvil. Apple nunca ha sobresalido por la calidad de sus llamadas
–han habido quejas desde el iPhone original- y en este caso tampoco
mejora, pero para todo lo demás es un teléfono excelente a la altura de
los Android de primera línea.
Personalmente le sigo echando de menos una buena gestión del Push
para poder acceder ordenadamente a todos los mensajes cuando tenemos
demasiados, algo que está muy bien solucionado en Android con el
desplegable de la barra superior.
Sobre la necesidad de comprar el iPhone 4, diría que los dueños de un iPhone 3G no deberían pensárselo dos veces, se trata de una buena adquisición, pero los poseedores de un iPhone 3G S
no notarán demasiada diferencia por lo que, si no existen otras
razones, no creo que sea una compra justificada. Los usuarios de otras
plataformas deben hacer un análisis más profundo de sus necesidades y,
sobre todo, de aquello a lo que renuncian al cambiar de plataforma.