La información nos la comparte Daniel Belmonte de Gizmología, quien nos expone que esta nueva generación de chips estará a la altura de competir, y quizás dejar un poco atrás a aquellos Cortex A9 de ARM de los que ya hemos hablado anteriormente.
Y es que, con chips de semejante engranaje apareciendo, o con evoluciones de cores tan interesantes como el Samsung Hummingbird y el Apple A4, Qualcomm no ha querido quedarse atrás, y promete nada más y nada menos un rendimiento y potencia gráfica equiparable a la del PlayStation 3.
Esta promesa con las que nos viene Qualcomm es muy antojable, pero quizás demasiado pretenciosa. ¿Cómo plantean conseguirlo? Pues con nanotecnología, en palabras más exactas, estará construido en 28 nanómetros, y el tamaño importa muchísimo en flujo de energía en los microprocesadores, implica siempre mayor velocidad de procesos y un notable ahorro de carga.
Además, el otro regalo que le darán a sus nuevos SnapDragon será una revisión de la actual unidad gráfica, GPU, la Adreno, y que dicen que podrá darse un agarrón con la plataforma de nueva generación que le pongan enfrente.
En datos concretos, una velocidad de rendimiento cinco veces superior a sus modelos actuales, 75 por ciento menos de consumo de energía y cuatro veces más poder gráfico. Por si fuera poco, soportará redes 3G en todas versiones y 4G, para poder estar a la altura de los próximos estándares de transmisión de datos.
Lo que no comprendería, de no ser por esas absurdas leyes, es cómo este procesador se atreve a manchar su rostro con capacidad de recepción radiofónica FM. Siendo el negrito en el arroz, esperamos todavía emocionados su llegada, probablemente para el 2012. Ojalá que las grandes marcas de la telefonía aprovechen semejante rendimiento y nos traigan móviles a la altura del SnapDragon.
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